Cuantas veces he sentido el frio penetrando hasta en mis huesos,
como he notado que las lagrimas se congelaban inclusive.
Todo puede dar ahora un giro de 180 grados, al lado opuesto, es
ahora cuando veo la luz al final de este oscuro y pedregoso camino. Y al final
del camino me he encontrado con un ángel con los brazos abiertos, esperando a
que saltara para tomarme en sus brazos.
La rosa roja, antes hecha cenizas, vuelve
a surgir como un fénix de sus cenizas.
Es su fuego lo que hace que llegue a quemarme cuando me toco el
pecho. Tengo el pecho ardiendo, incluso por las noches, lloro,
seguramente para que no me queme la piel, porque ya el corazón ha dejado de ser
carne para ser fuego.
Hacía tiempo ya, años, no se sentía lo mismo, te recibí como a una
extraña, y ahora me estás matando, matando con tú mirada, con
tu sonrisa...
Vuelvo a leer ese relato en el tren, ahora ese ser sin género
empieza a tener forma, a tener un nombre, ahora esa historia cambia su final
triste por este:
"observe como yo mismo me encontraba en el vagón, junto a tí.
Nos acercábamos los dos cada vez más y más, ambos extendimos nuestros brazos
para tocarnos antes... que agradable sensación el tacto de tus suaves dedos,
parecían de algodón... Nuestra siguiente acción fue predicha en el mismo
momento que corríamos uno hacia el otro, besarnos, hasta desgastarnos
los labios...".
Ahora incluso cuando hablo contigo siento que es un sueño lo que
vivo. El problema es cuando quiero sentirte, no te siento, solo noto que me
clavas un puñal en el pecho y desfallezco en el suelo, rodeado del amor rojo pasión
que te tenía...
Hay veces que no te noto, hay veces que no te siento, solo cuando
dices que me hechas en falta, ¿y los demás momentos?, me olvidas. Esa rosa roja
que volvía a surgir de sus cenizas, ahora me clava sus espinas mortales...
Hay veces que escribo tu nombre en la orilla de la playa, y lo
rodeo con el dibujo de un corazón, intento protegerlo de que sea borrado por el
mar. Si no me crees, ve a la playa en donde soñamos tantas cosas, y observa
como en su orilla aún esta ese corazón con tu nombre iluminado.
Algunas veces deseo que todo esto acabe, con un final feliz junto
a tí, o que acabe con un final malo, básicamente, tal y como estamos, solo
me hablas para cuando me necesitas y para el resto, ser una sombra en el
recuerdo...
Pero mientras sé y no sé la respuesta, solo siento la
incertidumbre del miedo ante la respuesta que me vayas a dar, ¿qué hacer?,
sufrir en la soledad o sufrir tu perdida viviendo contigo antes una maravillosa
vida, con un futuro juntos. Creo que sabes mi respuesta, amarte, respetarte, cuidarte
y protegerte todos los momentos de mi vida, hasta después de la muerte.
Solo sueño con el día que te diga: "eres la persona más
importante de mi vida, y quiero gastar lo que me queda de vida junto a
ti", y que tu respuesta sea un simple beso eterno en el silencio.
Le dedicas muchos relatos al amor ¿cuándo leeremos algo donde aparezca lo bonito que tiene?
ResponderEliminar¿No hay algunos ya hablando sobre lo que se siente?, de hecho, este relato al principio lo es. Luego ya cambia eso sí.
EliminarPero hasta que no llegue la inspiración no podre hacer algo de este estilo nuevamente, de momento voy a tomarme un tiempecito de descanso para retomar esto con ganas. Me gustaría publicar aquí capítulo por capítulo un libro que hable sobre la sociedad hoy en día en general, sobre la amistad y lo que uno puede llegar a encontrarse en ella. Sería además una historia algo de fantasía, pero más basada en la realidad que en la fantasía.
Un saludo y perdón si no te ha gustado...
Eso, eso
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