viernes, 16 de septiembre de 2011

Magia.



¿Quién no ha tenido esa caja tan famosa de Magia Borras, o algún truco mágico suelto?

¿Quién no ha soñado de pequeño, ser un mago/a?, darle vida de una vez a esos peluches de tu cuarto que te miraban como si esperaran a que te durmieras para que cobraran vida por ellos mismos , y así poder pasar una tarde fantástica con ellos (eso pasa por ver Toy Story).

¿Qué chica no ha soñado con encontrarse con su príncipe azul?, ¿qué chico no ha soñado luchar contra seres fantásticos, o piratas, etc.? La mente de un niño, es increíble. Sobre todo la capacidad que tienen para darle vida a todo lo que ven, basta con que le des un palo, peluches y un trozo de tela para convertirse en un caballero para salvar a sus amigos, incluyendo a la princesa del cuento.

Je, menuda imaginación....

El problema es que, esa imaginación, se pierde poco a poco, nuestro mundo fantástico de pequeño, se podría decir que acaba sucumbido por la oscuridad a la que luchábamos. Aunque trasladando el argumento de nuestras historias, no se diferencian demasiado años más tarde, somos personas hechas y derechas, que luchamos por logar una meta. (Solo aquellos que quieren, los que pasan, su mundo sigue en la oscuridad....). Ahora te pregunto, llamas a esto ¿magia?, nada que ver.

La magia se podría decir, que está en todos sitios, a todas horas, los 365 días del año, esta la magia de la alegría, la tristeza, la esperanza, etc. Pero para mí, solo hay tres magias, las cuales son las más poderosas.

Una es la magia de cuando te enamoras, ¿cómo defines cada momento que vives con la persona que amas?, momentos mágicos ¿no?

Otra que se ha nombrado anteriormente, es la de la imaginación, tenemos tal capacidad para imaginar, que nosotros mismos somos dioses de nuestro mundo interior, creamos historias, hechos , circunstancias, lo creamos todo, y lo destruimos cuando nos cansamos de ello.

Y por último, y quizás la magia más poderosa de las tres, que incluso diría que las engloba, es la palabra.

Con la palabra, creamos y destruimos todo. Con la palabra, en un romance si hay algo que ocultas y la otra persona se entera, destruimos el lazo que hicimos con esa persona.

Pero no solo eso, con la palabra podemos defendernos perfectamente de todo aquello que nos atormenta, de aquello a lo que somos atacados.

Para mí, "una imagen vale más que mil palabras" es falsa, porque ¿qué pasa si esa imagen es falsa? "La palabra verdadera, vale más que mil imágenes".

En definitiva, estoy totalmente de acuerdo con un gran sabio y mago a la vez: "La palabra, es la magia más poderosa de todas..." (Albus Dumbledore).

Si quieres ser un gran mago, no compres tantos trucos de magia, aprende a hablar y veras lo que puedes llegar a hacer.


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